No, Coca Cola no se ha pasado al negocio de la distribución de medicinas, al menos por ahora. Pero sí que ha ayudado al desarrollo de ese servicio en países emergentes, como explica un artículo del Financial Times.
La
distribución de medicinas es muy complicada en esos países, por falta de
financiación, dificultades técnicas (refrigeración para las vacunas,
por ejemplo), logística complicada y falta de buena gestión de la cadena
de suministro. Frente a esto, Coca Cola, como otros muchos productos de
consumo, llega al último rincón del país. ¿El secreto? Que todos en la cadena de distribución, desde la factoría hasta el distribuidor, el conductor del camión y la tienda del pueblo tienen interés en ello.
Con estas ideas en la cabeza, Simon Berry, fundador de la ONG ColaLife, se propuso replicar la cadena de Coca Cola para un producto sencillo, el llamado Kit Yamoyo, un recipiente con agua, sal y azúcar, primera medida para casos de diarrea. No consiguió que el kit
entrase en los camiones de Coca Cola, que ya iban muy cargados, pero sí
aprendió cómo funciona la distribución de bebidas carbónicas, y la
replicó para sus medicinas. Ahora se puede conseguir el kit en
las tiendas de pueblo (como la de la fotografía) de muchos lugares. ¿El
secreto? Cobrar una pequeña cantidad al consumidor final, gracias a la
cual se puede compensar a los distintos eslabones de la cadena de
distribución, sin que el importe constituya una cantidad inasequible
para el paciente pobre, pero haciéndole, al mismo tiempo, valorarlo más;
la fabricación es gratuita, a cargo de la ONG.
Lo que Coca Cola aportó al proyecto fue su conocimiento y su experiencia de la cadena de distribución, y su asesoramiento
para mejorar los resultados en todas las etapas. Bueno, puro sentido
común, ¿no? ¿Quién sabe de hacer llegar productos al último rincón de un
país pobre? Pues… aprovechemos su experiencia. Claro que la solución de
cobrar no gusta a algunos puristas de la acción social,
porque excluye a las personas más pobres. De acuerdo, pero ¿cuál es la
alternativa? Una larga caminata, quizás de horas, hasta el centro de salud
más próximo, renunciando a los ingresos por el tiempo perdido, para
conseguir el producto gratis. “Las tiendas están en todas partes en la
Zambia rural, pero los centros de salud no están”.
¿Moralejas? Una: la cooperación de empresas con ONGs tiene muchas ventajas, más allá de que las primeras den dinero a las segundas. Otra: no hagamos ascos a soluciones comerciales,
si son mejores que las que tenemos ahora. Otra aún: comparemos los
resultados de un proyecto con lo que había antes de él, no con la solución ideal que a los expertos de salón les gustaría conseguir. La última: la imaginación al poder; los problemas se resuelven con ideas, antes que con dinero.
Me ha parecido muy interesante que haya grandes empresas como Coca Cola que lleguen a cooperar con ONGs para la ayuda de los que más lo necesitan. El lograr que una madre de un país en desarollo pueda comprar un producto en una tienda que venda Coca Cola para que ha su hijo pueda solucionar los problemas de deshidratación a cuenta de la diarrea, es un gran paso en este mundo. Me parece una solución increíble.
Son soluciones diferentes que hacen que muchas personas de países más pobres puedan aprovecharlas. Intentar solucionar problemas con nuevas opciones sabiendo que con otras sería mucho más complicado.
Coca Cola siempre ha sido una empresa preocupada por hacer que todo el mundo disfrute con lo que ellos ofrecen, y este es un claro caso de ello.
En mi opinión, yo creo que muchas empresas deberían seguir los pasos de esta gran compañia, ya que el incorporar nuevos métodos puede solucionar la vida de muchas personas.
Y si no, lean este claro ejemplo o muchos otros con los que nos ha sorprendido esta inverosimil sociedad.
24 abr 2013
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