Las familias españolas buscan vientres de alquiler
‘baratos’
Más de 800 parejas acuden cada año a clínicas en el
extranjero para tener un bebé
J. MOUZO QUINTÁNS / L. RIVAS MARTÍNEZ
Barcelona / Madrid
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1 MAY 2014 - 22:01 CET
1 MAY 2014 - 22:01 CET
“Son muchos años los que llevamos
en este camino”, farfulla Iván. Él y su pareja Mirella, residentes en España,
llevan 12 años intentando tener un hijo. En tratamientos de fertilidad fallidos
en los que se han gastado unos 30.000 euros. Juntos acudieron este jueves en
Barcelona a una conferencia sobre maternidad subrogada (lo que se conoce como
vientre de alquiler) que ofreció un bufete. Cabizbaja, Mirella apenas alzaba la
voz. “Es la última opción que nos queda”, confesó.
La práctica es ilegal en
España. A falta de registros oficiales, el bufete, que posee una división
especializada en gestación subrogada (Subrogalia),
ha hecho su cómputo: al menos unas 800 parejas españolas alquilan un vientre en
el extranjero cada año. “Hemos calculado a la baja. Creemos que puede aumentar
hasta los 1.200”, apuntó su director, Diego Sánchez.
Otras empresas confirman que
la cifra es razonable. “Nosotros atendemos a unas 60 personas al año, pero solo
trabajamos con clínicas de EE UU”, explica Sara Altamirano, del despacho VAE (Vientre de
Alquiler España). Los 800 casos de los que habla Subrogalia tienen
su lógica, explica, porque ellos trabajan con clínicas de varios países. Lo
mismo afirma una portavoz de Neovida, otro bufete que trabaja en EE UU.
“California es la única que ofrece todas las garantías”,
dice un jurista
Ucrania, México y Tailandia
son los destinos más solicitados para alquilar un vientre, según la empresa que
realizó el recuento. Los precios, que oscilan entre los 50.000 y los 200.000
euros, decantan la balanza en favor de uno u otro país. En Tailandia el proceso
ronda los 45.000 euros, mientras que en Estados Unidos puede superar los
120.000. “México puede estar en torno a los 60.000 y Ucrania sobre los 50.000”,
explica el responsable del área de familia del bufete, Jordi Amo.
Pedro Fuentes y su marido
Jordi González tuvieron un hijo
hace cuatro años mediante esta técnica. Lo hicieron en California y
se gastaron 100.000 euros. Para ellos mereció la pena, pero Fuentes admite que
el precio elimina esta opción para muchas parejas. Fuentes, que es ginecólogo,
aboga por legislar en España. “Sabemos hacer las cosas bien. Mira la ley de
trasplantes: funciona de maravilla y se ha imitado en todo el mundo. Cuando hay
un caso de tráfico de órganos, saltan todas las alarmas. Por eso es deseable
regularlo, desde un punto de vista ético, médico y legal”, afirma.
La variación de precios entre
países tiene un componente controvertido. “El problema es que las agencias
exportan el negocio al tercer mundo legal para maximizar los beneficios”,
afirma Joan Cerdá, abogado de la Asociación Gestación Subrogada.
“A estas empresas no les interesa una ley en España que lo regule y legalice”,
afirma. “El único lugar que ofrece una seguridad jurídica y médica total a la
madre gestante, a los padres y al niño es California; las empresas se limitan a
exportar el drama a Ucrania o la India”. La asociación con la que trabaja ha
redactado una proposición de ley que pretende presentar en el Congreso como una
Iniciativa Legislativa Popular. No han realizado el trámite todavía, explica su
secretaria Aurora González Ginto, para conseguir la mayor difusión posible
antes de recoger firmas. La organización se constituyó hace un año y tiene
3.378 fans en Facebook. “Si no hubiera tanta demanda no existirían tantas
agencias en España”, afirma González.
En Ucrania el proceso cuesta 50.000
euros; en EE UU, 120.000
Al factor económico se le une
la facilidad que ponen los distintos países a padres solteros u homosexuales.
Aunque Ucrania es uno de los destinos más frecuentados, México está ganando
protagonismo porque permite este servicio a ambos colectivos, algo que Ucrania
prohíbe.
Para contratar a una madre
subrogada, la pareja se desplaza al país seleccionado para que el hombre done
su esperma y se realice la fecundación in vitro, ya sea con el óvulo de
su pareja o el de una donante. La pareja puede volver a España hasta que nazca
el niño. Cuando lo recojan, el padre deberá registrar al bebé como hijo suyo en
el registro civil del consulado español de ese país. La madre contratante, por
su parte, deberá tramitar la adopción una vez llegue a España y después de que
la mujer que ha alquilado su vientre renuncie a la patria potestad del niño. En
California, a los seis meses los padres de intención pueden inscribirse como
progenitores, siempre que la madre gestante renuncie. El proceso se complica
para gais o solteros.
Iván y Mirella han visto en la
maternidad subrogada su última salida: ni contemplan la adopción, por
“complicada, larga y costosa”. La pareja, que de seguir adelante alquilará un
vientre en Ucrania, calcula que tendrá que gastarse otros 50.000 euros más.
“Aunque hay dinero de por medio, es un procedimiento solidario porque nos
ayudamos entre las dos partes y, lo mejor de todo, traemos una vida al mundo”,
concluye ella.
OPINIÓN PERSONAL
Llama la atención el dato que España busque vientres de alquiler baratos y más aun si resaltamos la cifra de 800 parejas al año. Parece espeluznante, pero si, es una de las alternativas a las que están obligados a verse quien están en esa situación, pero..¿Es aceptable que una mujer preste su vientre o lo alquile a una mujer que no puede tener un hijo? ¿Es ético? Según la ley " toda persona tiene derecho a recurrir al tratamiento de su infertilidad, así como a procrear mediante el uso de técnicas de reproducción asistida, siempre que la condición de madre genética y de madre gestante recaigas sobre la misma persona", por lo que no está permitido en España el vientre de alquiler. Desde mi punto de vista creo que existen otras alternativas a este proceso, diferentes por supuesto, y que tal vez si supiéramos lo mucho que contribuiríamos por ejemplo a la adopción de un niño nos replantearíamos mucho más las cosas. Pero también hay que destacar que la legislación española pone algunas trabas sobre la adopción homoparental.
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