7 abr 2014

Barco fantasma lleno de ratas caníbales


25/01/2014

El Lyubov Orlova es un crucero ruso de 237 pasajeros y 100 metros de eslora, en estos momentos navega sin ningún tripulante, y parece ser que se aproxima a las costas de Reino Unido.

Esta sorprendente historia comienza en 2010, cuando el crucero, construido en Yugoslavia en 1976, es confiscado por las autoridades de Canadá, tras la demanda de una empresa de viajes a los dueños rusos del barco al haber cancelado un crucero, y querer recuperar los costes del viaje. El barco estuvo durante dos años en un puerto de Terranova, y luego se vendió a una empresa que trabaja en la chatarra de navíos. El nuevo dueño intentó remolcarlo hasta Santo Domingo, pero los amarres con el Lyubov Orlova se rompieron, y las autoridades canadienses ordenaron al remolcador que volviera a puerto sin el barco. Ahora navega a la deriva sin rumbo, y con un grave e inminente peligro.

Y aunque esta historia parece actual, los hechos relatados más arriba datan de febrero de 2013, hace casi un año. Se le siguió la pista, en aquel entonces, y parecía que se dirigía hacia Irlanda. Luego, al no tenerlo controlado, se pensó que se había hundido. Pero ahora, han dado otra vez con él, y han informado que está cerca de la costa británica.

El portavoz de Greenpeace ha responsabilizado de esta situación tan grave para el medio ambiente, a las autoridades canadienses por su actitud de “lavarse las manos”, solo por el hecho de encontrarse el barco en aguas internacionales. En caso de naufragio liberaría hidrocarburos al océano, y otros residuos tóxicos. Mientras tanto, sus únicos pasajeros, las ratas, se siguen devorando unas a otras ante la ausencia de alimentos.




Comentario personal:


He elegido esta noticia ya que indagando por noticias me ha llamado muchísimo la atención. En primer lugar, me parece penoso que a la empresa que compró el barco no se le multe por esta infracción ya que el barco podría chocar contra cualquier otro barco (ya que nadie lo dirige) o incluso peor, chocar contra la costa y crear un desastre vertiendo hidrocarburos y residuos tóxicos al océano. Por otra parte, la mala gestión de las autoridades Canadienses ha derivado también en esta noticia ya que ha sido muy irresponsable su actitud de no controlar el barco. No entiendo como ningún guardacostas fuera capaz de controlalo y llevarlo a la costa. Pero aún menos entiendo como un año después el barco sigue sin estar controlado. 


Amaia López Azcona 
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