4 abr 2013

Cacaolat ha despedido a 90 de sus 420 trabajadores en un año


Los sindicatos denuncian un ERE encubierto en la empresa, en manos de Damm y Cobega

Hace poco se cumplía el primer aniversario de la adjudicación definitiva de Cacaolat a la alianza formada por la cervecera Damm, la embotelladora de Coca-Cola Cobega y su socio Victory Turnaround. Cacaolat estaba a salvo tras el concurso de acreedores presentado por Nueva Rumasa. La propuesta de la alianza ganó con una oferta 130 millones de euros. Entre otras cosas, la oferta contemplaba el mantenimiento de todos los puestos de trabajo tras ocho meses de incertidumbre.
Pese a los compromisos, Cacaolat sufre desde pocas semanas después de la adjudicación un goteo de despidos que han afectado a casi 90 empleados de unos 420. Los sindicatos acusan a los nuevos propietarios de estar aplicando un Expediente de Regulación de Empleo (ERE) encubierto. El incumplimiento comenzó en mayo, dicen, cuando Damm y Cobega segregaron en una nueva empresa la planta de Utebo (Zaragoza) y en julio despidieron mediante un ERE a 48 de sus 90 empleados.
En paralelo, hubo despidos individuales y jubilaciones forzadas tanto en las instalaciones de la calle de Pujades (fábrica y oficinas) como en Parets del Vallès (distribución) y dos tandas de despidos concentrados: una en octubre del año pasado, que afectó a 24 trabajadores, y otra hace dos semanas, que tuvo 18 víctimas. Nunca, eso sí, los despidos han afectado a más del 10% de un centro de trabajo en un plazo de 90 días, lo que obligaría a presentar un ERE.
Despidos “puntuales”
Fuentes de la Cacaolat responden que los despidos son “puntuales” para “ajustar la plantilla a la producción y tamaño actual”. “La sociedad adquirida tiene muchas pérdidas y todavía no genera beneficios”, añaden las mismas fuentes. También vinculan los despidos con el ERE temporal que durante el proceso de venta se aplicó a los trabajadores por falta de liquidez. La nueva propiedad mantiene que “tiene un proyecto firme con la planta de Santa Coloma”.
Las obras en la nueva fábrica avanzan a buen ritmo y está previsto que las nuevas máquinas lleguen en julio. De hecho, ya se ha cerrado Parets y la distribución se realiza desde las antiguas instalaciones de Damm en Santa Coloma, según el presidente del comité de empresa, Antonio Ubago (CGT). El temor de la plantilla es que el traslado provoque una tercera oleada de despidos, porque la nueva maquinaria requerirá de menos personal.

Comentario resumen:
¿Es posible que Cacaolat esté sufriendo un ERE encubierto?. Si fuera así, esto daría mucho que pensar, la ética en las empresas tiene algún que otro roto…

Tras la incertidumbre que sufrió Cacaolat en el momento en que la empresa Nueva Rumasa presentó el concurso de acreedores no es normal que los empleados sigan con esta misma incertidumbre ya que uno de los compromisos de Damm para adquirir Cacaolat era mantener todos los puestos de trabajo, algo que como vemos no ha cumplido.

Lo único que provoca esta incertidumbre es un desmotivación y desconfianza por parte de los trabajadores, algo que no beneficia a ninguna de las dos partes.

Si se demostrara que realmente estos despidos formaran parte de un ERE, estaríamos antes una irregularidad, mucho más si los despidos continúan.

La realidad suele ser esta, las empresas que compra a otras empresas se comprometen a cumplir todo lo pactado, pero en el momento de la verdad no es así. Si realmente necesitas reducir la plantilla no lo haces tan meticulosamente.

Patricia de Benito
5º B de LADEM

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