3 may 2010

medios poc esticos

LOS medios de comunicación públicos sufren una crisis irreversible». Lo dijo durante un debate celebrado en 2004 Enric Marín, hoy candidato a dirigir la televisión y la radio públicas catalanas. Seis años después, nada ha cambiado.
Por aquel entonces, de Marín sólo se sabía que era profesor de la UAB con bastante éxito entre sus alumnas. Pero faltaban pocos meses para que fuera nombrado secretario general de Comunicación del primer tripartito. Que el responsable de formar a las futuras generaciones de periodistas elaborara, ya como miembro del Govern, un protocolo de cobertura informativa sobre el derrumbe del Carmel, sólo puede ser interpretado de dos formas: o Marín nunca ha ejercido el periodismo de calle o siempre ha tenido vocación de censor. Una tercera explicación estaría relacionada con un gran ejercicio de cinismo, sobre todo si se tiene en cuenta que, junto a aquella reflexión sobre los medios públicos, Marín abogaba por la «reformulación de un nuevo modelo con contenidos democráticos más claros».
Visto el proceso que culminará con su más que previsible designación, no parece que el tripartito entienda el término «democrático» como el resto de los humanos. Especialmente ERC y su hombre fuerte en el Parlament, Ernest Benach, que ha hecho oidos sordos a la tendencia del Govern a cambiar leyes a su antojo para lograr mayorías simples o la costumbre de su compañero de filas, el vicepresidente Josep Lluís Carod-Rovira, de no contestar a las preguntas de los diputados de la oposición en materia de política exterior. Feo, feo.
Entre tanta falta de ética y estética, resultó esperanzador que una consultoría catalana elaborara el primer código ético dirigido a los profesionales de la comunicación política. A ver si de esta manera, pensé, los «dircom» ejercían una buena influencia sobre nuestros dirigentes políticos. Pero me temo que esta iniciativa tenía un enfoque más propio de países anglosajones, donde los políticos están muy expuestos a los escándalos familiares y personales. «Me abstendré de ataques falsos o engañosos contra un adversario o miembro de su familia y haré todo lo que esté en mi poder para impedir a otros utilizar estas tácticas», reza uno de esos mandamientos éticos.

1 comentario:

Asignatura Etica de los Negocios dijo...

Esperemos que esta consultoría catalana sirva de algo, aunque muy a mi pesar va a seguir todo igual.

Álvaro Pérez Sánchez 5º LADEM A